martes, 21 de abril de 2009

Los amorosos


Los amorosos callan.

El amor es el silencio más fino,

el más tembloroso, el más insoportable.

Los amorosos buscan,

los amorosos son los que abandonan,

son los que cambian, los que olvidan.


Su corazón les dice que nunca han de encontrar,

no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos

porque están solos, solos, solos,

entregándose, dándose a cada rato,

llorando porque no salvan al amor.


Les preocupa el amor. Los amorosos

viven al día, no pueden hacer más, no saben.

Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte.

Esperan,

no esperan nada, pero esperan.


Saben que nunca han de encontrar.

El amor es la prórroga perpetua,

siempre el paso siguiente, el otro, el otro.

Los amorosos son los insaciables,

los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.


Tienen serpientes en lugar de brazos.

Las venas del cuello se les hinchan

también como serpientes para asfixiarlos.

Los amorosos no pueden dormir

porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la oscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana

y su cama flota como sobre un lago.


Los amorosos son locos, sólo locos,

sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas

temblorosos, hambrientos,

a cazar fantasmas.

Se ríen de las gentes que lo saben todo,

de las que aman a perpetuidad, verídicamente,

de las que creen en el amor

como una lámpara de inagotable aceite.


Los amorosos juegan a coger el agua,

a tatuar el humo, a no irse.

Juegan el largo, el triste juego del amor.


Nadie ha de resignarse.

Dicen que nadie ha de resignarse.

Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,

la muerte les fermenta detrás de los ojos,

y ellos caminan, lloran hasta la madrugada

en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.


Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,

a mujeres que duermen con la mano en el sexo,

complacidas,

a arroyos de agua tierna y a cocinas.

Los amorosos se ponen a cantar entre labios

una canción no aprendida,

y se van llorando, llorando,

la hermosa vida.


JAIME SABINES

miércoles, 15 de abril de 2009

Facundo Cabral

Nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Sus padres fueron Sara y Rodolfo los cuales ya tenían dos hijos. Su padre abandonó el hogar dejando a su madre con sus tres hijos, los cuales emigraron hacia Tierra del Fuego, sur de Argentina.

Cuando se fue de su casa, niño aún, su madre lo acompañó a la estación y, cuando se subió al tren, le dijo: este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida, el segundo libertad para vivírla, y Facundo cuidó de esa libertad como nadie, por eso es uno de los pocos hombres independientes que anda por este planeta, un lobo estepario que pasa por las ciudades para excitar a la gente.


Influenciado en lo espiritual por Jesús y Ghandi, en literatura por Borges y Whitman, su vida toma un rumbo espiritual de observación constante a todo lo que le ocurre a su alrededor, no conformándose siempre con lo que ve y su carrera como cantautor toma el toma el rumbo de la crítica, incomodando a muchos.


Facundo Cabral es un trovador de nuestros días que deja fluir espontáneamente sus pensamientos y sentimientos, que nos habla al oido de Dios, de los sueños, del amor. Escucharlo es un despertar y leerlo una iniciación.




En su acervo discográfico, (no completo aún) hay varios grabados en vivo como: "Cabralgando" , "Pateando Tachos" , "El mundo estaba bastante tranquilo cuando yo nací" , "Ferrocabral" y "Lo Cortez no quita lo Cabral" Vol. 1 y 2 entre otros.


Entre su literatura se encuentra: "Conversaciones con Facundo Cabral", "Mi Abuela y yo", "Salmos", "Borges y yo", "Ayer soñé que podía y hoy puedo", y el "Cuaderno de Facundo".
En reconocimiento a su constante llamado a la paz y al amor, en 1996 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo declaró "Mensajero Mundial de la Paz.

DISCOGRAFIA DE FACUNDO CABRALEl Carnaval Del Mundo, Cabralgando, Hombre De Siempre..., Mi Vida, Con Waldo de los Ríos, Facundo Cabral, Facundo Cabral, Pateando Tachos, Entre Dios y El Diablo, Ferrocabral, Cabral En Vivo, El Mundo Estaba ..., Secreto, Recuerdos De Oro, Lo Cortez No Quita Lo Cabral y Cortezías y Cabralidades.


Te quiero




Te dije, te digo y te diré, porque, el amor es para siempre.
Te digo por ejemplo:



Te quiero ahora que hace calor,
Y ayer que llovía.
En las mañanas nubladas,
Y en las noches abiertas,
Te quiero
Te quiero de pie, tendida,
Dormida y despierta.

Te quiero a la una, a las dos a las tres,
Y a las siempre.
Te quiero,
Te quiero en la casa y te quiero en el camino,
Te quiero después, antes y ahora mismo,
Te quiero,Te quiero porque me quieres,
Y toda tu me lo gritas,

Te quiero porque en ti comienzo y termino,
Te quiero porque nos encontramos y nos perdemos uno en el otro.

Digamos que te quiero con todos los que soy incluyéndome a mí mismo.
Aunque tu sabes mi amor que cuando digo te quiero, es Dios que te embellece a través del amor
y yo soy el encargado de tan bella tarea, es decir que cada vez que yo te digo Te quiero, Él te dice “Te quiero”.

viernes, 10 de abril de 2009

¿QUÉ ES EL DESTINO?




Cuando nacemos y nuestros padres nos ponen un nombre y sus apellidos, en realidad lo que hacen es determinar nuestros destinos, un futuro posible y un carácter que de alguna manera influirá en los acontecimientos que rodearán nuestra vida.

No existe civilización que no ponga un nombre a sus miembros y con él determine una forma de comportarse, una manera de ser. La ciencia que estudia la incidencia de nuestro nombre en nuestra vida se llama acrofonología, y nos da ciertas reglas para descubrir las palabras clave o los conceptos que definirán nuestro karma.

Uno de los apartados más interesantes del estoicismo, es la teoría del Destino aparece ya en la concepción de un eterno retorno, en el que los diferentes intervalos cósmicos, siguiendo una estricta regularidad, producen siempre los mismos acontecimientos y ven nacer y morir a los mismos seres. La idea de un eterno retorno supone para los estoicos la seguridad en que las cosas seguirán constantemente igual a través de los tiempos. Crisipo sostiene que el destino es "la razón por la cual se han producido los acontecimientos pasados, se producen los acontecimientos presentes y se producirán los acontecimientos futuros", y Plutarco recoge las pruebas o argumentos de aquél que sustentan dicha teoría:



"Nada sucede sin causa, pero (sí) según causas antecedentes".

"Nuestro mundo es administrado según la naturaleza, está alimentado por un mismo aliento y dotado de una simpatía con respecto a él mismo".


La idea de que el Cosmos en su totalidad está regido por el principio de causalidad (o sea, que en la Naturaleza, todo efecto -o fenómeno, o evento- es debido a una causa). Este principio es, de hecho, la razón universal que rige el mundo. De esta manera, los acontecimientos de nuestras vidas también están ligados (o más bien, subordinados) a la causalidad natural. Como todo sucede en función del destino, aquél precepto moral, según el cual debemos vivir de acuerdo con la naturaleza queda así justificado.

Existen opiniones divididas respecto a lo que se considera destino. Unos dicen que es la libertad, que puede tener un individuo por medio de sus decisiones, de construir su destino. Y otros creen que es la posibilidad de una predestinación absoluta hasta en las decisiones que cada individuo toma, siguiendo por este medio consciente o inconscientemente el proceso de predestinación. Y para los más religiosos, el destino es un plan creado por dios.

Como sostuvo Albert Einstein "el Universo no juega a los dados con nosotros".
Para Carl G. Jung psicólogo suizo, definió al destino como "aquello de nosotros mismos que no conocemos". Y fue una definición valedera, debido que el destino tiene que ver con uno mismo y no con factores ajenos a ti.


Para mí el destino en sí, es una apreciación que no tiene lógica, debido que no podemos estar pensando que todas nuestras experiencias y vivencias ya están impuestas o destinadas a ocurrir de tal modo que no podemos decidir el cómo van a pasar. Eso nos limita mucho debido que se estarían en cierta forma dando una restricción, incluso a nuestras emociones ya que como está marcado el destino, las acciones que realicemos como respuesta a esos hechos, también estarían establecidas para que el destino no se alterase.

Creo que el destino ese toque personal de cada persona; le da a su vida esas metas, vivencias, acciones lo que nos imponemos nosotros, ese sería el destino es cada paso del presente que cada uno elige seguir. Para mi criterio el destino es el conjunto de experiencias que cada uno elige vivir. Si somos seres racionales no podemos creer que alguna fuerza o un supremo. Nadie en el Universo se entretiene manipulándonos a su antojo como si fuéramos marionetas.


El destino está enfocado para la mayoría de las personas a esos acontecimientos negativos que nos ocurren, el destino es el causante de nuestro entorno y principalmente de nuestra infelicidad... si somos desdichados tendemos a decir "este es mi destino, así lo quiso el destino".

Debido a que nada es casualidad, en si destino es uno mismo, porque para cada decisión que tomamos sea cual fuese, siempre está cargada de una causa y un efecto y en esta medida se va construyendo nuestro camino, de cada uno de los hechos que hacemos va marcando el camino por el que nos vamos a guiar.



Pero al cuando surge una satisfacción no se lo atribuimos al destino y solemos decir... "Puse todo mi esfuerzo y logre tal o cual cosa, el de cumplir con eso que uno se lo estableció como una meta".
El destino no creo que exista, en lo que si estoy seguro es que cada una de nuestras acciones, son las que determinan nuestras dichas y desdichas, pero el destino como tal, es más bien al fin y al cabo un acto de sembrar para después cosechar.
Existe desde que partes del siguiente punto "tú haces tu destino", no lo hacen tus papás, o tus hermanos, ni tu jefe, ni tu gobierno, tu situación económica o social… Existe en tus actos y en sus consecuencias sean buenas o malas.







sábado, 4 de abril de 2009

nuestras raices

Calle 14, 1937

Su obra más famosa “Calle Catorce” que constituye una visión desolada del mundo urbano.
El indigenismo fue un movimiento cultural, que busco demostrar gráficamente, en primera instancia, la terrible situación del indio, su explotación, vejación y el aislamiento al cual era sometido por la sociedad mestiza.



CAMILO EGAS SILVA.-
Nació en Quito el 1 de Diciembre de l.889 y recibió los nombres de Camilo Alejandro. Se formó como pintor en la escuela de "Bellas Artes" de Quito y en las academias Real de Roma, San Fernando de Madrid y Colarroisse de París. Al regresar de Europa tuvo la intención de radicarse en Ecuador y pintó cuadros precursores del indigenismo. Desde 1927 hasta su muerte se radicó en Nueva York

Obtuvo al Primer Premio de Pintura en el Salón Mariano Aguilera con tres telas “Sanjuanito”, “Los sahumeriantes” y “Las Floristas”. Camilo Egas fue el primer artista en vincular al indio en el medio circundante.

El colorido de sus obras sigue siendo vibrante, existe un nexo con la realidad social y económica del país, retrata la pobreza, la ignorancia y el sometimiento. Una de las primeras obras de esta segunda etapa es “El Indio Mariano” donde lo ecuatoriano adquiere visos de realidad.
Egas no era un político, simplemente describía al indio utilizando para ello su arte, todo sin estridencias desafiantes. El indio dejó de ser un simple motivo de curiosidad para tornarse humano, realidad visible y lacerante dentro de una sociedad injusta.

Sus figuras dejan las líneas y empiezan a disolverse en masas de expresiva sencillez, la superficie se llena de bultos que flotan para tornarse en sensaciones, en relieves o en ligeras insinuaciones de color, en síntesis todo vuelve a la nada tras un perturbador sondeo en el silencio de sus telas grises, en intuitivo rastreo de los límites de su propia vida. Así surgen “Gente en el campo”, “Remolino”, “Transición”, “Las Cuatro horas”, “Antes del oscurecer”, “Formación”, “Comprensión”, “Cielo”, “Horas tempranas”, “La Luz delante”, “El Ultimo día”.